Hasta lo que se sabe las altas temperaturas del verano tendrían un “modesto” efecto en el freno de la propagación del coronavirus puesto que, según investigadores, la ausencia de inmunidad en la población es el factor decisivo en estos momentos.
Numerosos estudios realizados en los últimos meses han mostrado una ligera correlación entre la situación atmosférica y la pandemia: cuanto más cálido y húmedo es el ambiente es más difícil es la propagación del coronavirus. Pero la revista Science señala que su efecto sería “modesto”. Así, es poco probable que las temperaturas más altas del verano frenen del todo el virus y ya lo demostró el confinamiento de Diciembre en Chile.
Científicos de la Universidad de Princeton construyeron un modelo donde al simular distintos escenarios descubrieron que la humedad y la temperatura solo generaron cambios pequeños a la hora de hablar de contagio.
Un punto no menor es que ahora, que el verano ya llegó en pleno es ponerle atención al uso de protocolos al momento de usar las piscinas. Debemos tener claro que incluso dentro de ellas se debe mantener la distancia física respetando el aforo de cuatro metros cuadrados.
Y si bien en la piscina no hay que andar con mascarillas ni en el mar tampoco, cuando sales del agua es obligatorio volver a usarlas.