Tras la crisis social y la pandemia, el estrés nos ha pasado la cuenta tanto en términos físicos como emocionales.
Ante la acumulación de tensión física y psicológica, nuestro cuerpo responde desencadenando una serie de cambios que se aprecian por la actividad excesiva del sistema nervioso y la segregación como la adrenalina y el cortisol, que facilitan la aparición de enfermedades como la hipertensión y diabetes,
Además aumentan la probabilidad de desarrollar hábitos alimenticios poco saludables, como el comer de forma compulsiva alimentos con alto contenido de grasas, azúcares, sal y calorías. ¿Te has sorprendido a ti mismo bebiendo en exceso o comiendo más cosas dulces que antes de la pandemia? Esta es la razón.
Para comer de forma saludable intenta evitar los snacks que pueden ser altos en calorías prefiriendo las frutas, verduras, granos integrales, lácteos con poca grasa y carnes magras.
En una primera instancia, frente a un antojo, lo ideal es tratar de hidratarse como un intento inicial de desviar el pensamiento en ese alimento no saludable que tienes en mente.
Recuerda que nuestro cuerpo requiere de, al menos, dos litros de agua al día. Si te cuesta mantener la cuenta de cuántos vasos de agua has consumido durante una mañana o tarde, puedes poner alertas en tu celular para acordarte de hacerlo.
Otro factor importante, es el alto consumo de alcohol que algunas personas utilizan para evadir el estrés o problemas de la vida diaria. Esta sustancia no es libre de calorías, sino que por el contrario, ayuda a engordar fácilmente pero además, puede ser detonador de otras patologías.
Es por esto que te invitamos a alimentarte de la manera más sana posible en tiempos de crisis como estos.